Tuesday, June 24, 2014

LA “ENSEÑANZA” DE LA ARQUITECTURA Y SU PROBLEMÁTICA. UNA PROPUESTA DEL MANOAJE.

Mauricio Arnoldo Cárcamo Pino
Resumen
El artículo que aquí se resume, fue desarrollado en base diversos documentos de trabajo producidos por el autor en el marco del Doctorado conjunto de Arquitectura y Urbanismo de la ETSAM-UPM y FAU-UCHILE; el Diploma de Docencia en Educación Superior Basado en Competencias DUBC de la Universidad de Chile; el documento final de la propuesta «Proyecto Taller.cl» y las «Fichas de trabajo» del módulo de Medios de Expresión impartido por el mismo en la FAU UCHILE.

El artículo referido, examina contextualmente el problema de la incompatibilidad parcial del lenguaje con el aprendizaje en arquitectura y sus efectos sobre la construcción del pensamiento arquitectónico, al tiempo que refrenda el «Manoaje[1]», una generalización del grafoaje[2] acuñado por Pérez Carabias, como “lenguaje” ad hoc disciplinar. Desde ese escenario teórico, mixturado con la experiencia práctica desarrollada en el módulo de Medios de Expresión realizado entre 2010 y 2014 en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile; propone un set de ejercicios prácticos en vías de definir, en tanto sea posible, una didáctica en consonancia que facilite el proceso de aprendizaje disciplinar en el marco del modelo de formación por competencias del proyecto Tuning.

Lo antes descrito se realiza revisando, en primer lugar; la lógica constructiva del lenguaje desde su soporte material histórico (la legua como órgano único con funcionamiento monofónico); pasando por la estructura constitutiva del mismo (secuencias sonoras aditivas con significantes, significados, sintaxis, etc.); por la relación condicionante que guarda este con el pensamiento y sus efectos sobre el aprendizaje (base material del pensamiento y condicionante cognitivo); y por cierto, introduciéndose en las dinámicas de pensamiento y modo de procesamiento cerebral involucrado.

En segundo lugar, se caracterizan las prácticas disciplinares, la tradición pedagógica y las dinámicas  y medios  propios de la construcción del pensamiento arquitectónico, en virtud de contrapuntarlas con las lógicas del pensamiento verbal y aprendizaje lingüístico antes descrito. Lo anterior pone de manifiesto, lo inadecuado del lenguaje, del pensamiento verbal involucrado y en suma, del modo cognitivo vinculado al hemisferio izquierdo del cerebro; para «operar» aspectos del aprendizaje en arquitectura, principalmente, los vinculados al espacio, forma, composición, imaginería mental espacial, entre otros, situación que se ratifica y explica, esta vez, desde la bilateralidad cerebral y su especialización.

En tercer lugar y fundado en la disonancia antedicha, se establece la necesidad de restituir conceptualmente un “lenguaje” propio en el espacio disciplinar, refrendando y proponiendo así al «Manoaje», una generalización del «grafoaje» acuñado por Pérez Carabias en «Grafoaje y creatividad», como “lenguaje” ad hoc «del que se auxilian urbanistas, arquitectos, diseñadores: industriales, gráficos, de interiores y también escultores, pintores y dibujantes en los procesos mentales del manejo del espacio, de la forma o de la figura (imaginería mental espacial)» (PÉREZ CARABIAS, 2006). Esta expansión y/o generalización del trabajo de Carabias busca ampliar el alcance del mismo haciéndolo extensivo más allá de lo gráfico mediante la incorporación directa de la manipulación de objetos de tres dimensiones como acto cognitivo y no solo su representación en bidimensional.

Concluyendo esta relación teórica antes hecha, se formula una explicación a la indefinición e incertidumbre histórica característica que envuelve al aprendizaje de la arquitectura, la escasez de métodos sistematizados y las diversas dificultades para esclarecer metodológicamente la mecánica de los mismos. Se confronta además estas dificultades de sistematización vinculadas a «lo arquitectónico», con los requerimientos sistémicos asociados al proyecto Tuning[3] y al modelo de docencia basado en competencias[4] en instalación o instalado actualmente en una buena parte del orbe.

Finalmente y como traducción práctica el fundamento teórico antes formulado, se presenta la experiencia docente desarrollada en el curso de medios de expresión -un módulo inserto en el taller de arquitectura- realizado desde el 2010 y hasta la actualidad en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.

Se describe el curso y su metodología acentuada en la repetición constante y circular (MATURANA, 1995), (ZUMTHOR, 2004), (ARGUMEDO, 2008) y (SENNETT, 2009) como método de aprendizaje y  profundización, «instrumentalizado en el Taller de arquitectura tradicional como escenario pedagógico en tanto caben en él, los principales métodos de enseñanza: Método expositivo/conferencia[5], Estudio de caso[6], Aprendizaje basado en problemas[7], Aprendizaje orientado proyectos[8], Taller[9] y Aprendizaje colaborativo[10] (CARCAMO PINO, 2013)».

En concordancia con el modo cognitivo -no verbal- en el que se especializa el manoaje, el módulo de Medios de Expresión opera en base a ejercicios manuales semanales que a su vez responden a nudos de problemas temáticos diversos. Mediante ellos se emplaza/estimula al estudiante, para buscar soluciones y respuestas holísticas que ejercitan reiterativamente y con nivel de dificultad  creciente, la totalidad de las competencias requeridas por el plan de estudios, al tiempo que se estimula el desarrollo del pensamiento arquitectónico desde su modo natural.
Adicionalmente y considerando que «el aprendizaje tiene un alto componente afectivo»[11], ejercicios como el «El quebrantahuesos®», «Typos Muertos®», «Jaque Mate®» y/o «¿Cómo acotar un pimentón? y no morir en el intento®», fueron diseñados de modo que detonen compromiso emotivo con el tema por parte del estudiante, involucrando favorablemente, su humor, rigor y amor.

Finalmente, tanto el diseño los ejercicios como la experiencia docente expuesta, constituye la primera aproximación de este autor, en vías de definir, en tanto sea posible, una didáctica en el Manoaje, que facilite el proceso de aprendizaje disciplinar, en el marco del modelo de docencia basado en competencias del Proyecto Tuning AL.


[1] El concepto «Manoaje» es usado en el presente artículo como un neologismo homologo al lenguaje, en tanto resulta de conservar el sufijo “-aje” (conjunto de-) del lenguaje, y reemplazar el hidrostato muscular al que remite el sustantivo “lengua”, por la(s) mano(s). Pese a que el manoaje sería en definición estricta igualmente un leguaje, la anterior operación busca liberar  al -lenguaje- del peso semántico que le imprime la lengua (titular del  aparato fonador y principal dispositivo y/o periférico agitable que encarna la labor de mover materia para expresar), conservando así solo la condición medular de “conjunto de señales que dan a entender algo…” que puede ser mediatizado por un operador principal, como la lengua (lenguaje), las manos (manoaje), etc. por cierto, con las sustantivas diferencias que ello implica, incluso en la definición del “algo”.

[2] En «Grafoaje y Creatividad», Vicente Pérez Carabias  define el «Grafoaje» como «el sistema de signos de representación de la tridimensionalidad, del que se auxilian urbanistas, arquitectos, diseñadores: industriales, gráficos, de interiores y también escultores, pintores y dibujantes en los procesos mentales del manejo del espacio, de la forma o de la figura (imaginería mental espacial)». Se agrega además que: «En la arquitectura, los diseños y las artes plásticas, los profesionales y estudiantes, manejan, visualizan, analizan, estudian y realizan sus propuestas por medio del Grafoaje».

[3] El proyecto Tuning, al igual que sus sucesivas versiones, busca sintonizar los propósitos formativos de las diversas titulaciones» con los contextos en que se insertan. Para ello, define un grupo competencias genéricas transversales a cualquier disciplina en tanto son inherentes a “lo profesional"; y un grupo de competencias específicas inherentes a cada disciplina en particular. En su conjunto –competencias genéricas y específicas– permitirían configurar el perfil profesional ofrecido por las universidades, sintonizado con el perfil demandado por la sociedad y contexto del que participan. Por su parte la versión latinoamericana, Tuning AL, define un total de 27 competencias genéricas y 30 competencias específicas para el caso de arquitectura que, de acuerdo al modelo, constituirían suficientemente a un profesional arquitecto.

[4] concepto de competencia, definido como el «Saber actuar de manera pertinente en un contexto particular, eligiendo y movilizando un equipamiento doble de recursos (recursos personales y  recursos de redes y contexto), siendo capaz de dar razón de las decisiones  adoptadas, y haciéndose responsable de las mismas y sus efectos»

[5] Expositor es autoridad en el tema (estudiante pasivo)

[6] Busca desarrollar la capacidad de análisis contextualizado. (estudiante analiza) vincula teoría sobre práctica.

[7] ABP Aprendizaje autónomo, centrado en el estudiante. Generalmente grupal.

[8] Este modelo implica el concepto de hacer, La innovación que supone el hacer un proyecto, radica en las posibilidades necesarias para su realización y desarrollar competencias diferentes por parte de los alumnos.

[9] El taller es un proceso de aprendizaje basado en la experiencia, un lugar donde se construye o produce algo. Sus principales rasgos son: Activo, experiencial reflexivo, integrador y proactivo. (DUBC, 2012)

[10] El aprendizaje de habilidades y actitudes como base del aprendizaje. Afecto, motivación entre los estudiantes.

[11] «El aprendizaje tiene un alto componente afectivo, por lo que juegan un papel crucial» (…) «El autoconocimiento, el establecimiento de motivos y metas personales, la disposición por aprender, las atribuciones sobre el éxito y el fracaso, las expectativas y representaciones mutuas». (DUBC, 2012)





Bibliografía

ARGUMEDO, C. (2008). Geometría descriptiva aplicada. En F. UNR, Anuario 07 - Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño - Universidad Nacional de Rosario (pág. 52). Rosario, Argentina: Ediciones A&P.

CÁRCAMO PINO, M. A. (2013). El Manoaje: Una propuesta para restituir el “lenguaje” del pensamiento arquitectónico desde el aprendizaje. Artículo . (Inédito, Ed.) Santiago, Santiago, Chile: Inédito.

CARCAMO PINO, M. A. (2013). Proyecto Taller.cl. Proyecto Taller.cl . Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile.

DUBC. (2012). Tecnologías del Conocimiento. (T. D. CAPACITACIÓN, Ed.) Recuperado el 09 de 11 de 2013, de Diploma en Docencia Universitaria basada en Competencias: http://www.tecnologiasdelconocimiento.cl/uchile

MATURANA, H. (1995). Ontología del conversar. En H. MATURANA, La realidad: ¿objetiva o construida? (Vol. 1, págs. 19-36). Rubí - Barcelona: Anthropos.

PÉREZ CARABIAS, V. (2006). Grafoaje y creatividad (primera ed., Vol. 1). (U. d. Guadalajara, Ed.) Guadalajara, Jalisco, México: Prometéo Editores.

PÉREZ, F., ARAVENA, A., & QUINTANILLA, J. (2007). Los hechos de la arquitectura (tercera ed.). Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile: Ediciones ARQ.

SENNETT, R. (2009). El artesano (primera edición ed., Vol. 1). (M. A. Galmarini, Trad.) Barcelona, España: Editorial Anagrama S.A.

ZUMTHOR, P. (2004). Pensar la arquitectura (Primera Edición, segunda tirada ed.). (e. G. S.A., Ed.) Barcelona, España: editorial Gustavo Gili S.A.

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