Thursday, September 25, 2014

TO BE OR NOT TO BE… ¿NO VE?

La muerte me seguía por esos días mientras yo la seguía a ella: un accidente justo detrás de mí, entrando a Buenos Aires donde viajaba para conocer el Cementerio de Chacarita; un accidente justo delante de mí, el día siguiente, entrando a Rosario. Para mi suerte, la muerte tiene mala puntería… a veces tarda en juntarte con las personas indicadas, mas, a veces no...

Allí estaba camino a Rosario, con 45 minutos de retraso producto del accidente antedicho. Una carretera llena de luces rojas se clavaba en un horizonte que excedía con creces las ventanas del bus, de la flota o del ómnibus para ser más correctos con el idiomaje local.

(Aquí debería ir otro párrafo que amarre mejor con el siguiente…)

¿Y porque me interesa América Latina? pensaba yo en el bus. Entre otras cosas, por su idiomaje mutante de raíz latina; español, castellano, portugués o como quiera llamarse. Me da suficientes problemas como para preocuparme de otro idioma. Por otro lado tiene matices en cada territorio en el que se ha sembrado. Genera mutaciones genéticas cuando cae en un terrois nuevo como lo hizo en caso del “cachai” Chileno, que además fue polinizado bastardamente por una cepa anglo -catch- que se adaptó y logró fecundar al español mestizo chileno.

Revuélcate Darwin…

Me interesa el idiomaje en español, en particular, los efectos recursivos con/contra el territorio. Me interesa la forma en la que el lenguaje deforma y es deformado recursiva y reiteradamente por el territorio, definiendo -en una dirección- unas decisiones para cortarlo, dimensionarlo, dividirlo, construirlo, faenarlo e incluso así, disfrutarlo. Por otra parte -en la dirección contraria- me interesa experienciar como el Idiomaje, valiéndose de la plasticidad cerebral, deforma físicamente nuestros cerebros, y con ello, nuestra forma de pensar y dar soluciones adaptativas.

Me interesa conocer como el idiomaje español que se siembra sobre un terrois, adopta su forma física: es decir, su temperatura, su aspereza, su aridez, convirtiéndose la geografía, la materia misma en lenguaje y a su través, convirtiéndose en horma humana puesto que define nuestro pensamiento y nuestros modos verbales. “Aquisito, Fantita y Unito mas”, son adaptaciones antrópicas lingüísticas ante la vastedad y el sistémico avasallamiento sufrido por Bolivia…Tambien muestra humildad y timidez... El ¡Que macana! boliviano, el ¡Que Verga! ecuatoriano y el ¡Que Garrón! argentino, son tres distintas formas en las que el idiomaje español adapta el ostia del español españolísimo o el cáspitas si se quiere una acepción más RAE deformaciones del del idiomaje territorializado.

Son precisiones imprecisas de cómo las penas, el clima, la historia hallada y vivida en el paso del tiempo y el espacio, toma forma.

Se acerca el espacio rosarino. La madre e hija del asiento delantero se han despertado ya. Las luces urbanas de Rosario se alargan y rozan mis orejas. La hora en el reloj, como es característico en los buses, no es la correcta. Está retrasada lo que agrava la sensación de tardanza, acentuada por el latido infernal de los dos puntos intermitentes que separan las horas de los minutos. El tiempo en Latinoamérica es percibido distinto, importa menos que otros lares, pese a eso, estoy atrasado.

Inquieta con cierta envidia ver como muchas personas en Bolivia pueden simplemente ser y estar sin importar nada más. Como cuando Gabriel -Un amigo- decía simplemente apoyado en una muralla: “voy a estar aquí ahora, ya estuve ahí un rato” eran tiempos de ocio perpetuo. Aunar el “To be” sin importar ni el paso del tiempo, ni el paso del espacio. Como meditando, pero sin necesidad del zazen, ni de posiciones manieristas, ni ritualidad pseudohippies orientales… simplemente To be, no ve?

Nuevamente viejo: «To be or not to be» sigue siendo el dilema… no ve?

¡Ticket de equipaje por favor!

22:53:04 pm, Llegamos!!!


Rosario, Argentina, 24 de Septiembre de 2014

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